Fotografía: la belleza de lo cotidiano

Una nueva forma de mirar la realidad

© Michael B. Stuart

"Una gran fotografía es la expresión completa de lo que uno siente acerca de lo que está fotografiando en el sentido más profundo y, por lo tanto, es una verdadera expresión de lo que uno siente sobre la vida en su totalidad."

Ansel Adams

Hace algunas años coincidí con Ana, una antigua alumna, en un taller presencial, un espacio para explorar técnicas de fotografía y nociones básicas de composición. Al principio se sintió desconcertada. Le gustaba el arte y la fotografía, pero nunca se había planteado profundizar en este mundo, siempre había mantenido estas prácticas a cierta distancia. Pero se apuntó, pensando en el “Si hay algo que he aprendido en la vida, es que nunca hay que cerrarse a nuevas oportunidades”.

Y Ana se lanzó al taller con la intención de aprovecharlo al máximo. La primera tarea fue recorrer su barrio para fotografiar patrones y elementos que normalmente pasarían desapercibidos. Y se sorprendió. Al final de la primera clase, estaba completamente cautivada por la fotografía. Tomó casi 70 imágenes de cosas que, antes del taller, jamás habría considerado fotografiar. Y entonces lo entendió: la belleza está en lo cotidiano, en los pequeños detalles, en lo que solemos dar por sentado. Aprendió que detrás de cada imagen hay miles de significados, que cada perspectiva tiene su valor. Comprendió que "lo que es normal para la araña es caos para la mosca".

© Alex Kilbee

Piensa que vivimos en un mundo donde la inmediatez y el espectáculo dominan nuestra atención. Buscamos paisajes grandiosos, momentos extraordinarios y escenarios perfectos para capturar con nuestra cámara. Pero, ¿qué hay de la belleza que nos rodea en el día a día? Aquella que no grita, sino que susurra; la que no se impone, sino que simplemente existe, esperando ser descubierta. La fotografía no es solo cuestión de técnica, sino de mirada. La capacidad de ver más allá de lo obvio, de descubrir la luz dorada de una tarde cualquiera reflejada en una taza de café, el juego de sombras en una calle silenciosa o la textura de unas manos que cuentan historias.

A menudo, lo que hace especial una imagen no es el sujeto en sí, sino la manera en que lo observamos y lo capturamos. ¿Más ejemplos para fotografiar? Un portal antiguo desgastado por el tiempo, la risa espontánea de un niño, el vapor ascendiendo de una taza de té, una ventana iluminada en la noche: son detalles que nos pasan desapercibidos en la rutina, pero que contienen la esencia de lo cotidiano. La magia está en aprender a detenernos, en entrenar nuestra mirada para encontrar lo extraordinario dentro de lo aparentemente simple.

© Michael B. Stuart

El poder de una imagen radica en la emoción que transmite. Al captar la belleza de lo cotidiano, logramos conectar con quienes observan nuestras fotografías, despertando en ellos recuerdos, sensaciones y sentimientos que forman parte de su propia historia. Es en lo pequeño donde reside lo más auténtico, lo que nos hace humanos.

La fotografía no es solo capturar momentos, es aprender a mirar el mundo con otros ojos. Es descubrir historias en lo simple, en lo ordinario, en lo que siempre ha estado ahí, esperando ser visto. ¿Qué hay en tu día a día que podrías mirar de una manera diferente? Atrévete a explorarlo a través de la lente. Puede que, como Ana, descubras una nueva forma de ver la realidad.

© Alex Kilbee

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