Ernst Haas te enseña cómo ver

Poesía visual

Muchos pueden pensar que lo importante es la cámara. Que si no tienen el último modelo, sus fotos nunca estarán a la altura. ¿Te suena? Porque muchos así lo creen. Pero todo puede cambiar cuando uno descubre a Ernst Haas. ¿Quién? Si no te suena, apunta este nombre con mayúsculas. ERNST HAAS. Uno de los grandes. Un pionero de la fotografía en color, un poeta visual con cámara en mano. Y lo que más pueda sorprenderte: su forma de usar el lenguaje visual para transmitir lo que sentía. Con él podemos aprender a ver como un fotógrafo.

Lección 1: El movimiento también habla. Ernst usaba película Kodachrome con ISO 25. ¡25! Eso significa velocidades de obturación lentísimas. Y claro, muchas de sus fotos salían borrosas… ¿o no? Un laboratorio le devolvió un carrete diciendo: “Lo sentimos, todas salieron mal. Están movidas”. Pero eso era justo lo que Ernst buscaba. No eran errores, era intención. Sus fotos no trataban de capturar la realidad con nitidez quirúrgica, sino de mostrar el alma del momento. Los caballos no están quietos, están vivos. Los veleros no posan, se mueven con el viento. La ciudad no es un lugar… es una sensación.

¿Y tú? ¿Usas el movimiento en tus fotos para transmitir algo… o lo estás evitando como si fuera un fallo?

Lección 2: El color no es un adorno. Es protagonista. Haas no “fotografiaba en color”. Él fotografiaba el color mismo. ¿La diferencia? Una cosa es sacar una escena que tiene color. Otra muy distinta es construir una imagen en torno al color. Un ejemplo: una foto suya de unos gondoleros. Lo que te atrapa no es la góndola. Es ese verde vibrante, que te llena los ojos aunque entrecierres la mirada. Como ejercicio exprés para ti: Sal a la calle. No busques temas. No busques sujetos. Solo busca colores. Fotografía el color como emoción. Como si fuera música visual.

Lección 3: La luz da forma, volumen… y vida. Sin luz no hay foto. Hasta ahí, todos de acuerdo. Pero no cualquier luz sirve. Hay luz que simplemente está… y luz que hace algo. Que moldea. Que acaricia. Que corta. Que transforma. Ernst la usaba como si fuera un escultor: luz que atraviesa cortinas, rebota en el agua, se desliza por la nieve o acaricia la piel de una rosa.

Lección 4: Forma, figura y estructura. Una sombra. Un edificio recortado contra el cielo. Una mancha de aceite que parece un símbolo abstracto. Todo eso es forma. Y cuando empiezas a ver formas, ya no necesitas “grandes momentos” para hacer fotos potentes. Solo necesitas mirar distinto. Entrecierra los ojos. Desenfoca. Mira más allá del sujeto. Porque cuando ves formas, ves posibilidades.

Lección 5: Textura, esa gran olvidada. Hay fotos que casi puedes tocar. Una alfombra. Una cortina. Una superficie rugosa. Las fotos de Ernst te hacen sentir con los dedos. Y eso cambia todo. ¿Por qué? Porque el cerebro conecta con lo que puede imaginar sensorialmente. Dale textura a tus imágenes y verás cómo empiezan a hablarle al cuerpo, no solo a los ojos.

Bonus: La frase que lo resume todo:

“No me interesa ver cosas nuevas. Me interesa ver las cosas de forma nueva.”

Ernst Haas

Esa frase se nos puede quedar grabada. Porque eso es exactamente lo que hacemos los fotógrafos: enseñar cómo se puede mirar el mundo de otra manera.

¿Y ahora qué? Mira. Aprender el lenguaje visual —movimiento, luz, color, forma, textura— no es cosa de un día. Pero tampoco tienes que hacerlo solo. Hay un proverbio africano que me encanta: “Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado.”

Por eso creé la membresía, para reunir y ayudar a una tribu de fotógrafos como tú que quieren crecer, explorar, equivocarse y mejorar juntos. Si te unes, tendrás:

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En resumen: La fotografía no es solo técnica. Es lenguaje. Y cuando aprendes a hablarlo… tus fotos ya no se ven: se sienten.

Sigue disparando, sigue creando, sigue aprendiendo y nos vemos la próxima semana con más consejos.