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El poder de la luz
Cómo la iluminación cuenta tu historia
Imagínate esto: una escena aparentemente banal —una calle al atardecer, una habitación simple, un retrato con luz tenue—. Pero cuando miras más de cerca, esa luz te cuenta algo. No solo revela formas, sino sentimientos: ilusión, nostalgia, calma, tensión. No es solo claridad o sombra. Es narración.
La luz como lenguaje visual. Así como los colores son un lenguaje, la luz también lo es. La dirección, la dureza, la temperatura o la intensidad de la iluminación pueden cambiar por completo el tono de tu fotografía, como si estuvieras modulando una pieza musical.

Un haz de luz. © Gregory Crewdson
• Luz dura (contraste fuerte, sombras marcadas): despierta dramatismo, tensión, carácter.
• Luz suave (difusa, envolvente): susurra ternura, vulnerabilidad, serenidad. • Contraluz: crea siluetas, misterio, posibilidad. Cada una de estas iluminaciones pueden alinear la foto con la emoción que buscas contar.
Temperatura de la luz: mucho más que técnica. La luz cálida (amarilla, dorada, anaranjada) nos conecta con lo humano, lo íntimo, lo emocional. Una foto al atardecer, o esa lámpara cálida en un interior, evoca hogar, memoria, humanidad. La luz fría (azulada, más neutra, violácea) nos lleva a otra cadencia: calma, distancia, modernidad o frialdad.

Luz cálida, colores anaranjados. © Harry Gruyaert
Contraste y sombra: lo que ocultas también comunica. Lo que no se ve es tan poderoso como lo que se ilumina. Las sombras sugieren, ocultan, invitan a pensar. Un rostro parcialmente en sombra no es un fallo técnico: es un recurso narrativo. Puedes utilizar el claroscuro, por ejemplo, para:
• Destacar detalles (“esa mano que apenas se ve, pero que lo dice todo”).
• Generar suspenso (“¿qué oculta la oscuridad?”).
• Dar protagonismo a la luz (“un haz brillante en medio del silencio”).

Figuras a contraluz. © Trent Parke
Cuando entiendes cómo la luz “habla”, tu fotografía deja de ser un simple registro visual y se convierte en una conversación íntima con quien la ve. No estás solo ajustando valores de exposición: estás transmitiendo tu visión, tu historia.
Si te apasiona que tu fotografía no solo se vea, sino que se sienta, te invito a experimentar con la luz en tu próximo proyecto. Observa, juega, emociónate. Y si quieres profundizar aún más, en mi membresía tendrás recursos, feedback y sesiones para aprender a dominar el lenguaje de la luz como un contador de historias. ¿Te vienes? Para más información: https://juanjocorsino.com Sigue disparando, sigue creando, sigue aprendiendo y nos vemos la próxima semana con más consejos.