Cómo desbloquear el verdadero potencial del 50mm

El objetivo de 50mm tiene una fama curiosa: para muchos fotógrafos es “aburrido”. No es tan angular como un 35mm ni tan cinematográfico como un 85mm. Resultado: lo abandonan demasiado pronto.

© Martin Castein

Pero aquí está el secreto: cuando aprendes a trabajar de verdad con un 50mm, deja de ser aburrido y se convierte en una de las herramientas más versátiles y poderosas de tu mochila. En este artículo quiero mostrarte cómo desbloquearlo para conseguir fotos con más profundidad, variedad y atmósfera.

El error más común con el 50mm. La mayoría de fotógrafos tiende a inclinar la cámara hacia abajo en retratos. Parece un detalle sin importancia, pero el ojo humano lo nota (aunque sea de forma subconsciente) y la imagen termina viéndose rara. Claro que podrías corregirlo en edición, pero distorsionarías la foto. Mejor hacerlo bien desde la cámara: mantén siempre el sensor plano respecto al sujeto.

Baja la cámara, gana dramatismo. Si quieres que tu 50mm tenga garra, baja mucho más la cámara de lo que harías con un 35mm. Un ejemplo: de pie en medio de la carretera, pero disparando desde la cintura. La calzada cobra protagonismo, la escala cambia y la foto gana profundidad. Si se hubiera tomado desde los ojos, el resultado sería plano y raro. En cambio, al bajar, las líneas se fuerzan y la imagen adquiere fuerza.

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Distancia y perspectiva. Otro truco: acercarte más de lo que parece cómodo. Justo frente al rostro del modelo, a la altura de sus ojos y manteniendo el sensor plano. El resultado: una foto que parece hecha con un teleobjetivo, pero con la naturalidad del 50mm. Y si además colocas el fondo bien alejado del sujeto, lograrás un desenfoque limpio y con atmósfera cinematográfica.

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El 50mm te obliga a moverte. Con un 35mm o un 85mm puedes quedarte estático, disparando abierto o cerrado según convenga. El 50mm es diferente: te empuja a desplazarte, a buscar ángulos, a componer de otra manera. Ese esfuerzo extra es precisamente lo que lo convierte en una escuela increíble de composición.

En el estudio también funciona. Las mismas reglas se aplican bajo techo. Mantén el sensor recto, la cámara a la altura de los ojos y tendrás retratos limpios, consistentes e irrepetibles. Al final, el 50mm puede hacerlo prácticamente todo. Si solo pudiera quedarme con un objetivo… sería este.

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Y antes de irte, dime en los comentarios: ¿Usas el 50mm en tu trabajo? ¿Qué trucos te han funcionado para sacarle más partido?

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